Se peca de pesimista y de optimista cuando lo que hay que saber ver es la realidad de la circunstancia, de las cosas, algo también a veces que es difícil de ver o no se quiere ver, tampoco nos han enseñado. La realidad muchas veces cuesta, duele, nos supera, por lo que nos dejamos tender hacia un lado u el otro, depende de que como somos o como nos encontremos en el momento. Quizás el realista es una combinación de todo ello junto, de saberse pesimista ante una situación dada pero con el optimismo necesario de creer, y la paciencia de afrontar ajustándose a lo que viene y como viene. Nada se consigue quejándose, lamentándose mucho, dejándose vencer, hay que creer, aferrarse, ser positivos aún inclusive, pero dentro de ello viendo las cosas tal y como son y haciendo quizás cambios, ajustes, dando pasos, actuando, moviéndose, usando herramientas, pidiendo ayuda, intentando, en la adversidad luchando. Quizás es algo que nos deberían enseñar desde muy pequeños, formar ese espíritu, esa condición dentro de uno desde muy pronto, en cuanto antes se aprenda es mucho mejor para lo que nos deparará la vida, habrá muchas batallas que deberemos librar y debemos tener las armas adecuadas para saber enfrentarnos mejor a ellas.
El manual de la vida, de vivir, muchas veces viene incompleto, le faltan hojas, pero nunca es tarde para buscarlas, para que nos la enseñen, solo hay que mirar, buscar, escuchar.....
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