Ha sido un paréntesis necesario, como todo en la vida que necesita de su tiempo, para renacer, crecer, madurar, para descansar, llenarse, y seguir adelante, por eso las pausas siempre vienen bien. Sosegar el alma y espíritu para que nuestra casa interior emane bienestar al exterior. Ayer estuve recogiendo moras y manzanas, y tuve la sensación que ese viento pre otoñal vino a llevarse no solo los últimos vestigios de el verano, sino también aquello que nos quita la paz y tranquilidad y que de alguna manera siempre acaba enredado en nuestro pelo, por eso quizás lo dejé, y con los ojos cerrados, que me despeinara a su antojo. Un paseo una tarde de domingo a veces desvela muchos misterios.
Me alegra volver aquí después del paréntesis, también era necesario.
2 comentarios:
Alguna vez en mi blog he hablado de ello, de mis escapadas a la marisma, a perderme, a dejar atrás todo y escuchar solamente el viento. Volvía nuevo. Algunas veces viene bien, y es necesario, que un viento sople dentro del alma y se lleve algunas cosas que no hacen nada bueno. Me alegra tu regreso.
Un abrazo desde el Sur.
Los "fareros" sabemos de ese quedarse y que te azote el mar una y otra vez, para luego llevarse todo y que quede la calma.
Gracias por tu bienvenida amigo farero.
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