Hay palabras que está bien decirlas y otras que no. Palabras que gustan, que son de las que se dicen bien alto y claro, las que siempre debemos tenerlas a mano, y palabras que disgustan, que es mejor tenerlas escondidas y no usarlas. Ejemplos de las primeras: felicidad, alegría, bondad, compartir, amor, amistad, entrega, perdón....la lista es muy larga....y ejemplo de las segundas: tristeza, odio, rencor, egoísmo, mentira, engaño, desamor, soledad, miedo....la lista es también muy larga.....al final son sensaciones, emociones, estados de ánimo, rasgos de la personalidad, etc...que aunque parecen "malos" o negativos a simple vista, son nuestros también en determinados momentos y por lo tanto no hay que ocultarlos, ni echarlos a un lado, ni tenerles fobia, aprensión, miedo, rechazo....hay que manifestarlos, no tenerlos escondidos, apretados, hasta que se enquisten y produzcan tanto dolor que revienten salpicándonos y salpicando a los demás, y hay que saber manejarlos, conducirlos, tratarlos, reconstruirlos, evitando que permanezcan de una manera prolongada y continúa en nuestro interior, en nuestra vida.....está bien estar tristes, sentir tristeza en determinados momentos, mostrar esa rabia o rencor por algo, sentir miedo por algo, sufrir el desamor y la soledad, ser egoístas en ocasiones muy puntuales, decir una mentira que evite una tragedia, un mal mayor..... todo eso que entra en nuestro interior tiene también que salir después de un tiempo y transformado, no hay nada de malo en sentir y expresarlo, es reconfortante, purificador, muy saludable.....nos ayuda a conocernos, a crecer, a avanzar....
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