Todo se transforma

Abro las ventanas de mi alma y dejo que entren en ella las hojas de este otoño. Que acaricien suavemente mi interior como bálsamo en alguna herida. Que me envuelvan en un dulce abrazo, y que con pasión besen todos los rincones de mi cuerpo. Es este otoño caramelo envuelto en una hoja de arce, que trae a mi boca sabores de íntimos recuerdos. Lengua que relame esos labios entre traviesa y serena sonrisa. Nada es igual, todo se transforma, incluidos los otoños, y el árbol crece, se hace robusto con los años, con raíces profundas imposibles de arrancar de la tierra, como los sentimientos.....lo único bien arraigado en mi alma, sólido, inquebrantable, contra viento y marea...tan duro y fuerte, y tan sensible y tierno.....nada es igual, todo se transforma, aún más, en algo más vivo, sereno, maduro, tranquilo, hermoso....y descubres nuevos recovecos de tu alma, marcas y surcos inapreciables, y surgen emociones nuevas, historias y caminos que vuelven a empezar, que continúan, y no hay prisas por llegar al final, solo ganas de vivirlas, saborearlas, disfrutarlas.....más cuando sabes que están solo a la vuelta de la esquina a pesar del tiempo, de los años.....