La sensación de jugar a lo prohibido, hacer algo porque me divierte y porque quiero, sin hacer daño a nadie ni a nada, por supuesto. Dejamos por el camino sueños, fantasías, mil curiosidades, nos invade esa complejo de que cuando eres adulto eso es absurdo, tonto, irresponsable, que es de seres idealistas, fantasiosos, que ya somos incapaces, nos menospreciamos, nos resignamos y nos metemos en el cascarón de hacer solo lo correcto, lo adecuado, lo responsable, lo medido. Dejamos de ser seres capaces, creativos, espontáneos, expresivos. Hay que seguir probando cosas, descubrir, atreverse, caer en tentaciones, vivir la vida abiertamente, positivamente, es ya una tentación y todo un reto, sentarse a verla pasar, un aburrimiento.
Sentirse más felices depende en gran parte de como se mire y viva la vida,de dejarnos seducir por ella, dejarse llevar, y amarla sin medida......
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