Erase una vez un jardín con un solo árbol. El árbol se repoblaba de hojas gracias a las personas que por allí pasaban y aportaban palabras, de lo contrario moría. Llegó un momento en que todas las palabras las habían usado, ya las habían gastado, así que decidieron salir a buscar palabras nuevas, y esas palabras nuevas serían en diferentes idiomas y así tendrían infinitas palabras para repoblar el árbol. De esta manera, estas personas conocieron a otras personas, de otras razas, otras culturas, otras costumbres y tradiciones, y se hicieron amigos, y estos nuevos amigos les enseñaron nuevas palabras y todos juntos aportaron y repoblaron al árbol con nuevas palabras. El árbol creció tanto tanto, se extendieron y abarcaron tanto sus ramas, que llegó hasta el cielo, y se convirtió en el árbol más grande del mundo, el árbol del mundo, el árbol que da sombra a todo y a todos, y al que todas las personas del mundo pueden acudir para sentarse y charlar y hacer amigos en cualquier idioma del mundo.
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