Elisabeth Badinter es una filósofa y ensayista francesa de 66 años, madre de tres hijos. En estos días leía una entrevista que había concedido en la que estoy de acuerdo con muchas cosas de las que dice; igual resulta que soy una feminista y hasta ahora no me había enterado. Sus palabras, muy interesantes, hablaban un poco del mito del instinto maternal impuesto, de la mujer obligada a amamantar, criar unos hijos, sacrificarse a todo, etc....impuesta por la sociedad como lo que está bien, lo que tienen que hacer, etc....y del pujante pensamiento naturista, la desmesurada exaltación a la maternidad que propone a la mujer un paso atrás: parir con dolor, volver a los pañales lavables, etc....La sociedad impulsa a la mujer a ser una madre perfecta y no en protagonistas de sus vidas, los hijos, en especial los bebés, son en realidad los aliados de los hombres ya que obligan a la mujer a ser ella la que se ocupe de ellos y no ellos desde ese falsa idea de que la lactancia tiene que ser hasta los dos años con la idea de que los niños por el contrario si no se crían con leche materna sufrirán más enfermedades y las madres serán más proclives a padecer tumores. El discurso naturista se centra en la idea de la mujer desde una posición tradicionalista donde la maternidad es un rol esencial; la mujer ha de ocuparse absolutamente de los bebés y estos son la prioridad absoluta, amamantarlos, centrarse en ellos, apartar sus expectativas laborales, intelectuales, etc....la mujer solo para el espacio de la casa, la familia, la subordinación. La naturaleza y el medioambiente es la obsesión, hay que volver a ella porque es sabia, es lo auténtico; volver a los partos con dolor, en agua, en el campo, en casas, sin anestesia, volver a los pañales de tela porque los desechables contaminan, y nada de tomar la píldora porque tampoco es natural, así que las madres como tienen que ser naturistas y sensibles con el medio ambiente se las esclaviza y se las hace sufrir de nuevo con partos sin epidural y a lavar pañales constantemente y amamantar a los hijos, esa es la madre sensible con el ecologismo.
Y por otro lado la sociedad azuzando a pesar de los discursos modernos de igualdad, a las mujeres que no quieren tener hijos con que no tener hijos es egoísta, solo piensan en sus carreras, está mal visto, como las madres que compaginan trabajo con ser madres que su prioridad debe ser la casa y la familia, o aquellas que se colocan en primer lugar y su vida profesional antes que la familiar, se las culpabiliza a todas ellas de no ser esas mujeres y madres perfectas que deben ser por lo que muchas terminan sintiéndose mujeres mediocres y frustradas si no cumplen con esos roles que se espera de ellas.
El amor maternal es un sentimiento y no una obligación, y la relación madre e hijos se construye, se teje, día a día, no se impone con cosas que las hagan por eso ser más madres que otras.
Debo decir que leyendo sus ideas y pensamientos, me he dado cuenta que los comparto, que me siento identificada con sus pensamientos, y que entiendo también las otras formas de pensar de otras mujeres que sus vidas sea única y exclusivamente la familia y la casa, pero por elección, porque lo sienten así, no por imposición; quedaría ahora ver cuántas de ellas verdaderamente lo hacen y lo sienten libremente o están en cierto modo condicionadas. Cada mujer somos como somos como personas pero sobre todo tenemos que ser libres de elegir y sentir, y no sentirnos culpables ni estigmatizadas por un sentimiento y elección u otro.
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