El roce, ese de antes que la caricia exista.....el que inventamos pacientemente, con la sutileza del viento que se cuela por todos los recovecos del alma, con la lentitud de la gota de lluvia que se desliza por la hoja sin prisas por encontrar un lugar donde encallar....la emoción de esa aventura, de ese instante...
Después de la caricia, la piel se nos queda entre los dedos. Basta cerrar los ojos y oler las manos.
Hoy salí a la calle solo vestida con una caricia, con eso bastaba.
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