Silencio. Ausencia. Abandono. Dolor. El mundo indiferente continúa, no se detiene. Mira hacia otro lado con desidia. Se desentiende, no hace nada, no dice nada. No actúa ni se mueve. Le es algo lejano, que no tiene que ver con ellos ni con los suyos, es sólo una imagen más del tercer mundo, ese mundo al que sólo se acude a hacer cómodo turismo, capturar una fotografía espectacular, ser ciego, sordo y pasivo testigo. Esperan, esperan la muerte, y el mundo sigue en su cotidianidad, su rutina, no quiere mirar, no quiere detenerse, implicarse. Produce un dolor insoportable ver y sentir la indiferencia, la inhumanidad. Por mucho que se cierren los ojos, los oídos, y el corazón, la muerte está ahí, cuando puede ser evitada, en Sudan en su momento y en Haití ahora, pudieron y pueden ser salvadas dos vidas, dos personas, pero no se hizo nada, no se va a hacer nada. Y el mundo seguirá su paso acordándose a veces y avergonzándose de ser también un ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario