En la década de los 90 este anuncio y este marketing revolucionó, y la frase quedó para la posteridad: la imagen es todo.
Para bien y para mal las personas damos una imagen, a veces inconscientemente y de manera innata, otras buscadas, trabajadas, perseguidas hasta conseguirse. Nunca además como en estos tiempos la imagen es tan importante. Hombres y mujeres se afanan en dar la mejor imagen, y muchos viven de ella, de esa fachada que han ido labrando, perfeccionando, hasta convertirla en su seña de identidad. Pero....¿y qué pasa con la imagen interior?....esa no se ve, muchos no la ven no les interesa verla ni saben siquiera como verla, y a lo mejor es una imagen pésima, terrible, fea, sucia, vacía.....no les preocupa, lo que importa es la imagen exterior, y teniendo una fachada estupenda, irresistible, atractiva, todo lo demás se puede disimular, ocultar.
Yo creo que trabajar el interior, quererlo, enseñarlo, cultivarlo, enriquecerlo, llenarlo, embellecerlo, es la mejor manera de proyectar un exterior cautivador y extremadamente atractivo, completo, feliz. Todo viene o se origina en el interior, y eso es luego lo que sale afuera, a la luz, por nuestra piel, nuestra mirada, nuestra sonrisa, nuestras palabras y gestos.....si lo de dentro es hermoso, inevitablemente lo de fuera también lo es....solo hay que saber mirar......
La imagen interior es todo.
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