Una muerte. Un muerto. En un campeonato mundial de sauna. ¿Hay algo más cretino que eso? En estas sociedades donde todo el mundo está hastiado de todo, jugar con la vida cada vez está más de moda, entretiene y llama la atención. Vídeos y concursos estúpidos de personas poniendo en peligro su vida o de quedar con lesiones irreparables de por vida, solo por aburrimiento, por llamar la atención, por hacerse famoso saliendo en tv o internet, entre más estúpido lo que se haga mejor. Ahora meterse en una sauna a 110º a ver quien resiste más tiempo. Y lo más inconcebible es que haya "médicos" supervisando esa competición, que se presten a tal insensatez y que lo permitan. Dentro de la libertad de las personas cabe el jugar así con la vida sin que nadie puede decir nada al respeto; todo vale, no hay límites, todo está permitido. Cada vez entiendo menos los mensajes que se mandan en especial a la juventud. Por un lado se les quiere enseñar, educar, concienciar, advertir, prevenir, proteger, y por otro se les incita, invita, abre la puerta, adiestra, conduce, a jugarse la vida y su integridad física por nada, se les enseña que la vida no vale nada, ni la de ellos ni la de los demás. A tal punto de irresponsabilidad y pobreza humana y espiritual se ha llegado, a tal vacío, a tal soledad. Parece que el privilegio de haber sido creados, de existir, de poder vivir cada día, de ser y estar felices por eso carece de total sentido y gratitud, mientras hay otros que luchan día a día por vivir, que luchan contra la muerte, que tienen ganas de vivir y seguir viviendo. No lo entiendo.
El que hubiera resistido más tiempo en esa sauna hubiera ganado de premio un viaje a Marruecos, ahora su viaje no tiene regreso. Así de absurdos somos los seres humanos.
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