La confianza cuando está en la cuerda floja no es tal confianza. Cuando se balancea, con cualquier viento, y sin el, es que no es fuerte. Cuando su luz se apaga a la más mínima brisa, no es la llama que ha prendido fuerte en el corazón para iluminar el interior. Cuando como la ola a nuestros pies que va y viene, rozándonos un instante siquiera y se va, y no como ese mar que nos envuelve. La confianza es un hilo frágil, cada palabra sincera, cada entrega incondicional, cada promesa cumplida, cada momento honesto y leal, contribuye a darle solidez, pero el hilo con cualquier pequeño tirón puede quebrarse, tan duramente como perennemente.
A veces al hilo se le puede hacer algún nudo, pero como cualquier remiendo volverá a romperse.
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