"he creado este blog pensando en un lugar de encuentro de mis palabras con las tuyas, un lugar para hacer un alto y compartir escribiendo y leyendo, un lugar donde las palabras vuelen libres....te invito a que entres, disfrutes, participes...."

sábado, 15 de enero de 2011

La confabulación

Al igual que el agua, los alimentos, el aire, el silencio es necesario. Vivimos en un mundo, una vida ruidosa. Nos acompañan y nos los imponen en nuestra vida cotidiana y no nos dejan oír nuestro propio interior. Ruidos de personas, de animales, de coches, de fábricas, industrias, máquinas, del metro, de aviones, trenes, golpes, gritos, chillidos, palabras altas, ruidos hostiles....como una confabulación para no dejarnos escuchar nuestras propias palabras, nuestro propio interior, lo que nos dice el silencio. Necesito el silencio. Me relaja, me da equilibrio, paz, sosiego, ese momento que me escucho, que hablo conmigo misma. De mi necesidad, lo busco muchas veces. En una montaña, en el mar, en el campo. Una soledad en la que más me siento acompañada. En la que los murmullos de la naturaleza hablan, conversan conmigo, charlamos como dos viejos amigos que se quieren y se buscan. A veces necesito y quiero detenerlo todo, congelar la imagen de la vida, y pararme solo a observar y escuchar, apreciar todo con detalle, porque todo va demasiado rápido. Necesito esa energía, esa vitalidad, esa vida que me transmite el silencio, me renueva. Esto lo comprendí cuando lo empecé a practicar hace ya un tiempo, porque hasta entonces corría, pasaba sin escuchar, haciendo muchas cosas, sin cerrar los ojos, sin respirar profundamente, sobreviviendo. Pero todo llega, te busca y se encuentra. Y ya no es lo mismo.
Hoy empezó mi día con ruidos, inquietantes, atronadores, ensordecedores, y he tenido la necesidad de refugiarme en el silencio de mi blog un rato.

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