"Dejemos de quejarnos. Si deberíamos comparar nuestras desgracias con las de los demás, seríamos a fin de cuentas muy felices conservando las propias".
Mirando a cualquier lugar lejano nos daremos cuenta de lo absurdos y poco agradecidos que somos. Teniendo un lugar donde cobijarnos todos los días, una cama donde dormir, ropa, abrigo, comida, agua, medios de transportes privados y públicos, asistencia sanitaria, convivencia tranquila y paz donde vivimos, libertad para hacer y decir.....no estamos contentos, protestamos, nos parece mal y poco todo, estamos insatisfechos, somos infelices..
El otro día conocí a una mujer misionera en un país africano, me contaba la desolación, la pobreza, las precarias chozas donde vivir, la mortalidad, la falta de esperanza, las enfermedades, que el hospital estaba a mil kilómetros, la casi nula infraestructura de carreteras y medios de transportes, la falta de alimentos, agua, el miedo, la violencia, las matanzas, la nulidad de la mujer, los ríos de sangre cuando encontraron diamantes en un río, la explotación por parte de grandes compañías de un mineral componente de los móviles que usamos todos.....sin trazas de que nada allí vaya a cambiar.....y también de la sonrisa de los niños, sus juegos, la felicidad y agradecimiento de su gente cuando reciben algún paquete de alimentos, medicinas, gafas, ropa, garrafas de agua, cuando se sientan a cantar todos juntos, cuando les lee algún libro, su entusiasmo y entrega en usar sus manos y pocas herramientas para construir, cavar, cultivar.....
y nosotros aquí indecisos si compramos la zapatilla Nike o Adidas, si salimos a cenar sushi o un italiano, que si un ático con vistas o piso en pleno centro, si en las vacaciones vamos a Egipto o una playa del Caribe, si el Iphone o el Blackberry, si zapatos Manolo Blahnik o Jimmy Choo, que si una liposucción o un alargamiento de pene......
si el mundo quisiera mirar y ayudar en las desgracias de los menos favorecidos...que felices seríamos y haríamos a los demás......
Mirando a cualquier lugar lejano nos daremos cuenta de lo absurdos y poco agradecidos que somos. Teniendo un lugar donde cobijarnos todos los días, una cama donde dormir, ropa, abrigo, comida, agua, medios de transportes privados y públicos, asistencia sanitaria, convivencia tranquila y paz donde vivimos, libertad para hacer y decir.....no estamos contentos, protestamos, nos parece mal y poco todo, estamos insatisfechos, somos infelices..
El otro día conocí a una mujer misionera en un país africano, me contaba la desolación, la pobreza, las precarias chozas donde vivir, la mortalidad, la falta de esperanza, las enfermedades, que el hospital estaba a mil kilómetros, la casi nula infraestructura de carreteras y medios de transportes, la falta de alimentos, agua, el miedo, la violencia, las matanzas, la nulidad de la mujer, los ríos de sangre cuando encontraron diamantes en un río, la explotación por parte de grandes compañías de un mineral componente de los móviles que usamos todos.....sin trazas de que nada allí vaya a cambiar.....y también de la sonrisa de los niños, sus juegos, la felicidad y agradecimiento de su gente cuando reciben algún paquete de alimentos, medicinas, gafas, ropa, garrafas de agua, cuando se sientan a cantar todos juntos, cuando les lee algún libro, su entusiasmo y entrega en usar sus manos y pocas herramientas para construir, cavar, cultivar.....
y nosotros aquí indecisos si compramos la zapatilla Nike o Adidas, si salimos a cenar sushi o un italiano, que si un ático con vistas o piso en pleno centro, si en las vacaciones vamos a Egipto o una playa del Caribe, si el Iphone o el Blackberry, si zapatos Manolo Blahnik o Jimmy Choo, que si una liposucción o un alargamiento de pene......
si el mundo quisiera mirar y ayudar en las desgracias de los menos favorecidos...que felices seríamos y haríamos a los demás......
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