Olor a sexo

Se rompió el amor de tanto usarlo. Cataluña y España, dos amantes que ya no dan más de si. Sigue el deseo, pero de estar muy lejos la una de la otra, y el bondage en otro tiempo erótico y sensual entre ambas, hoy solo se quiere con tintes sádicos para hacer daño hasta hacer sufrir. Está muy claro quién es el sádico, aunque vaya de sumiso y esclavo, es el papel que le conviene interpretar, y que lleva interpretando, para lavar el cerebro a la gente y lograr su fin, y vaya que lo han logrado los nacionalistas. Han repartido fustas a diestra y siniestra entre su gente, y nada da más gustirrinín que el placer de golpear a su antojo y sentir a sus pies doblegado al sumiso, eso pone muchisimo a los nacionalistas. Y su gente se muere de placer solo pensando como tienen subyugada a su detestada España, los catalanes nunca han fantaseado tanto ni han sido tan multiorgásmicos como en estos tiempos.Es lo que se respira en Cataluña, olor a sexo puro y duro, en las camas de las calles. Eso solo lo pueden lograr con una arrebatadora, turbadora, amante como España; cuando se separen tendrán que volver a conformarse con las pajillas. ¡Ilusos!, pensando que esos que llaman no buenos catalanes de pura cepa se van a conformar, éstos seguirán gozando follando aunque sea en la intimidad si no les dejan públicamente. Los nacionalistas no se han enterado que hay muchisimas maneras de follar, no solo una, la de ellos,  y en muchas posturas, normal, son cansinos y aburridos hasta la saciedad.