Historia de amor

A veces algunas películas sorprenden dejando un buen sabor en el corazón, y cuando termina te ves aferrada en la butaca, aguantando la respiración, compartiendo la canción y la pasión de sus protagonistas, muy bien elegida por cierto. Es el caso de la última película que he visto, Contracorriente. Una historia de un amor clandestino, de una pasión, de amor descarnado entre dos hombres, uno casado y esperando su primer hijo y otro homosexual. Una historia simplemente de amor, del amor entre dos personas, un amor lleno de gozo y también de sufrimiento, contada con sensibilidad y belleza, contada desde los sentimientos, desde el corazón. Ayer se celebraba el III Día de la Bisexualidad, y no entiendo el por qué de poner día a todo cuando de lo que se habla es de amor, de sentimientos entre personas. Da lo mismo que sea entre personas del mismo sexo, es amor y punto, y no hay necesidad de estar llamándolo Día del Orgullo Gay, Día de la Bisexualidad, etc....diferenciándolo al fin y al cabo. El amor es simple, sencillo, puro, genuino, auténtico, sincero, igual, entre hombre y mujer, hombre y hombre, mujer y mujer, bisexual y bisexual, bisexual y homosexual....es un sentimiento, es algo que te hace vibrar, es emoción, te lleva el cielo, te hace soñar, es pasión, algo que completa, llena, transforma. Contracorriente es una historia de amor y pasión contada con la máxima naturalidad, destacando el amor y los sentimientos por encima de todo como algo importante y natural más allá de los sexos, mezclando también de forma equilibrada aunque parezca casi imposible, emoción y razón. Al final lo que queda en el corazón de los que estábamos allí sentados es que el amor no lo para nada ni nadie, y que contra corriente si es necesario, prevalecerá.